VALLE MINERO
Cuna
verde que me viste nacer y en lo mas hondo de tu seno me supiste
proteger. Yo crecí mientras ignoraba tu belleza, ese esplendor que
me rodeaba, la maravilla de tu naturaleza. Tú nos diste el negro
calor que llena nuestros hogares, pero tú no lo regalas, sino que
exiges a nuestros hombres mucho sudor, pero no te conformaste con
ello y al final nos costó también mucho dolor. Porque en negro calor que de tus entrañas sacan mis gentes, y tu entregas a regañadientes, no sólo produce gotas de sudor. Pero por fuera eres tan encantador, que observarte nos llena de alegrías; y tu esplendor nos compensa cada día, olvidándonos de tu malicia interior.
¡TAN GRANDE ES EL SUFRIMIENTO DE NUESTRAS GENTES, QUE HASTA EL CIELO BAÑA TU CUERPO CON SU CONTINUO LLANTO!