Monday, December 13, 2010

EL FIN DEL SUEÑO

Tiempos oscuros para los soñadores, visionarios de un mundo inexistente, parados ante la muerte cada vez más cercana, sin hacer nada, sin inmutarse. En un mundo dominado por el miedo cómo se puede no sentir nada. Seres llenos de teoría que no mueven un dedo mientras ven como sus semejantes se lanzan por los precipicios aun no explorados de la realidad. ¿Qué fue de aquel cruce de miradas en aquel bar?, ¿Dónde quedaron aquellas conversaciones que hicieron desaparecer el mundo que nos rodeaba?, ¿Por qué no te abracé todas la vez que me apetecía?, ¿Cuándo regresarán aquellas conversaciones que nadie escuchó y que hubieran cambiado nuestros mundos? Soy teoría, no soy nada, soy un día más alguien menos. Estoy viendo pasar el reloj cada vez más deprisa y no me importa, estoy tranquilo, mi sueño parece tener un mal final pero no me da miedo enfrentarme a él. La cobardía de las palabras más valientes son mi reposo continuo, mi imagen maquillada en la que los demás encuentran momentos de relax. Cuando la pereza se convierte en una bandera, mi país interior decide que no es tiempo para más batallas, por qué no firmar la rendición y ceder mi territorio a lo irreal. Quizás nuestra vida no deje de instalarse en una sala de espera del gran sueño, del que nos despierte definitivamente. ¿Vivimos?, ¿soñamos? La vigilia es nuestra única realidad, nunca sabremos la verdad, pero tampoco nos interesa saberla. ¿Qué emoción tiene saber el resultado del partido? Vivir en diferido no tiene sentido, así que coge el cronómetro, pita el comienzo de mi sueño, que quizás aun pueda cambiar el rumbo en esta segunda parte.